Acostumbrados a protestar

Luego de que nos quedáramos boquiabiertos de ver cómo las autoridades se llevaron a un señor que iba con un letrero que decía; “Señor Presidente ¿Por qué hay tantos pacientes de cáncer y psiquiátricos en Ocoa? Nos enteramos de que se trataba de un doctor que incluso es candidato a diputado de un partido opositor. Y luego vemos la nota de prensa donde se quiso quitarle importancia al hecho porque parece ser que el señor ha participado anteriormente en protestas, por lo cual, “acostumbra a protestar”. Los argumentos que se sacan de la manga en este país para justificar acciones inaceptables se han convertido en una burla a la creatividad y a la argumentación productiva.

La costumbre de protestar viene fundamentada en la vida en democracia, y como en todo, existen muchos grupos de personas que son activistas de diferentes ramas y gremios, protesta la clase obrera, las personas que velan por el medio ambiente, quienes están a favor de las causales, quienes están en contra de las causales, en fin, una causa nos puede parecer pequeña, innecesaria, ridícula, etc. Ahora, lo que se supone que no se hace es apresar a alguien que anda solo con un letrero. No se trata de que uno apoye o no una causa, se trata del entendimiento del concepto de tolerancia y el respeto a un derecho social y democrático denominado disentimiento.

Y la verdad hay que decirla y recordarla: fueron años tildando al gobierno anterior de “dictadores”, mientras la famosa marcha verde, que como he dicho en otras ocasiones, “ya no llora ahora factura”, manifestó todo lo que quiso, no siendo muchos de sus reclamos ciertos, y lo único que se hizo fue permitirle al pueblo dominicano que se descubriera por su propia cuenta que se trataba de personas que utilizaron esa plataforma para hoy estar en el poder sin la intención de ejercerlo con pulcritud, transparencia, respeto a la democracia, a las leyes, ni al fortalecimiento institucional del Estado.

¿Cuántas otras leyes no se han devuelto varias veces de anteriores despachos presidenciales?

Ahora, con la Ley 1-24, que crea al DNI, cuyos artículos son el adefesio más grande respecto a lacerar nuestra débil democracia, es preciso que nadie olvide que es un proyecto propuesto por el Poder Ejecutivo y PROMULGADO por el Sr. Presidente, es decir, que sale de su idea y lo sella como bueno y válido, en vista de que la intención es culpar a la oposición por todo.

La comodidad que sienten aquellas personas porque se creen amiguitos del régimen que intentan montar en el país, es penoso y hasta poco inteligente, porque sólo basta una pequeña diferencia, la más mínima -la que menos les cruza ahora por la cabeza- para que alguien quiera utilizar métodos arbitrarios con la intención de quitar a quien sea del medio, hasta por celos laborales, por no aceptar órdenes que consideras abusivas o absurdas. “Desde que el presidente se enteró, lo mandó a soltar” dijo la nota de prensa en defensa de este acto tan ridículo, es decir, que se coge a quien proteste hasta que el Presidente considere personalmente si es o no digno de libertad. Al parecer estamos dando los pasos iniciales para hacer depender el concepto de libertad en sentido amplio de un pulgar hacia arriba o uno hacia abajo.

Veo a mucha gente embullada creyendo que eso le va a afectar solamente a quienes participan en política, periodistas o grupos de activistas de temas que no les quita su sueño, porque lamentablemente es difícil aceptar que gozamos de libertades gracias a que generaciones anteriores nos dejaron un legado, y nuestra misión es mantener lo logrado y luchar por mejorar cada vez más la libertad elemental y ante la ley de TODOS y TODAS.

Amores son acciones

Decía mis bisabuela, según me cuenta mi madre, que: “amores son acciones y no buenas razones”, lo recuerdo a propósito de que se está usando el amor como recurso electoral municipal para la reelección de la actual alcaldesa de la Capital, Carolina Mejía.

Es innegable el gran amor de esta administración hacia personas “influencers” en las redes sociales, sin embargo, en nombre del amor no ha sido posible tapar el sol con un dedo ante el descuido que tiene esta ciudad respecto al drenaje, el mantenimiento de las vías, cunetas que parecen rigolas gracias a las capas de asfalto sobre asfalto, olvido del subsuelo, y el mal manejo de los fondos destinados para la prevención y el cuidado de los imbornales, entre otros.

El Distrito Nacional se ha convertido en una metrópolis llena de peligros, desafíos y complejidades que no podemos ignorar, sencillamente porque lo amamos.

¿Dónde está el amor en esa práctica de ignorar a las personas más pobres? Esa falta de compromiso equitativo ante las diferentes necesidades sociales, también ha traído consigo desgracias, ya que los seres humanos tenemos interconexiones e interacciones con nuestro ecosistema. Ahora, en el Distrito Nacional, cualquiera es vulnerable, no importa si vives en una residencial de Cuesta Hermosa muy bien resguardado por seguridad o en una torre en Piantini, Las Praderas, El Paraíso ó en el Fernández, nuestra ciudad colapsó y no existen las condiciones y competencias humanas en el ayuntamiento actual para asumir esa responsabilidad a la justa medida.

La semana pasada, pudimos observar boquiabiertos las denuncias del candidato a alcalde, Domingo Contreras, dejando una serie de evidencias de contrataciones a empresas que no son del sector, para la limpieza del drenaje, que tampoco han cumplido, además, cómo el ayuntamiento contaba con los recursos para evitar los desastres del último noviembre y no los invirtió. Para colmo, y lo que más dolor causa, es que se convocó a la prensa para que vieran de primera mano que la obra de drenaje más importante construida en la Capital, ubicada en el Parque de Las Praderas, está abandonada y hasta con habitantes, lo que indica que hasta soluciones puestas en marcha por anteriores administraciones, tampoco importan.

A pesar del apagón mediático llevado a cabo por la gran inversión en publicidad del Gobierno que hoy también goza con la “Ley Mordaza”(1-24), no ha quedado silenciado del todo, porque, como se dice en el argot popular “tenemos planta”, es decir, si los medios principales no se hacen eco del problemas, la ciudadanía ya tiene cómo hacer llegar la información por otras vías.

La simpleza de apelar al “amor”, nos refleja el desinterés por soluciones que tengan una visión de ciudad a largo plazo, el esquivo a temas profundos y la continua búsqueda de tapar lo evidente: parqueos municipales que nunca llegaron, imbornales tapados, ningún plan serio sobre el desarrollo urbano sostenible de esta ciudad capital.

Mientras, vemos que la Junta Central Electoral, no ha hecho los esfuerzos necesarios para promocionar las elecciones municipales de febrero, que increíblemente ha logrado que haya ciudadanos y ciudadanas que desconozcan de la fecha de estas elecciones; acción que conviene considerablemente más al Gobierno.

Y como dice la canción “ay amor, ya no me quieras tanto”.

¿Obsesión por regular o por dominar?

Nuestra democracia se encuentra en su momento más débil. Golpeada por el deterioro de la también débil institucionalidad que tenemos, cada vez más afectada por este gobierno, que no ha hecho nada para fortalecerla en lo más mínimo, por el contrario, la turbia transparencia y las respuestas ambiguas sobre el accionar del Estado en sentido amplio, son una muestra de lo que realmente carece de importancia para las presentes autoridades a cargo de la gestión pública.

Es natural ya escuchar a ciertos funcionarios decir que están en esa posición porque se lo pidieron, no porque lo necesitan, cuando se les cuestiona por cualquier tema relacionado a sus funciones y si se ven en un escándalo, la respuesta conveniente es que fue “tratando de hacer algo de buena fe”.

Existe un apagón informativo muy alto, y una exagerada inversión en publicidad e “influencers” de las redes sociales, ni siquiera con el fin de “hablar bien del gobierno”, su misión es solo “la omisión sistemática de críticas” o para “crear tendencias y escándalos faranduleros” que surgen de la nada y distraen la opinión pública. Son simplemente una barrera de contención que conduce el tráfico del debate abierto de las ideas a un juego de suma cero en el imaginario social.

Ahora, el Poder Ejecutivo se despacha con promulgar una Ley para convertir el Departamento Nacional de Investigación en una Dirección Nacional de Investigación, con una serie de artículos y párrafos que parecen estar escritos con un férreo sentimiento leninista y conceptualizada al mejor estilo orwelliano (a propósito de la novela “1984” de George Orwell).

La ley propone el manejo de datos de instituciones públicas y privadas, lo cual incluye asuntos personales que entrarían en conflicto, por ejemplo el secreto bancario y la privacidad que da la democracia en sentido estricto a la libre interacción de las personas y entidades privadas de cualquier tipo. Además, de tener el derecho de acceso a bases de datos de cualquier índole, sin la necesidad de una Orden Judicial. Esto sigue sonando a la ya mencionada, y reconocida, novela de Orwell.

El Ministerio Público ha insistido en decirnos que por primera vez es “independiente”, pero en el orden del discurso es un juego de palabras eficientemente absurdas. Nuestra composición del Estado desde siempre se ha dividido en tres poderes: Judicial, Legislativo y Ejecutivo. No hay tal independencia con tanto hilo vinculante con el Ejecutivo. Es pura fonética comunicacional o semántica organizacional. Estamos hablando de un sistema de gobierno que el PRM desea implementar basado en el temor a las libertades más elementales de cualquier democracia que se denomine decente. 

Esta Ley 1-24, presentada por primera vez en el año 2021, pasó a comisión varias veces y por diferentes momentos de escándalos porque su interpretación puede apelar a intervenir en la libertad de prensa y opinión; sus artículos son tan poco profundos y a la vez nebulosos, que le otorga poderes altamente peligrosos y conflictivos a una Dirección que prácticamente se hace omnipotente en nombre del cuidado de nuestra soberanía nacional. El o la Ciudadana vista como una entidad, no asumiría una legislación tan siniestra a sus libertades sociales. 

Parece que no es suficiente la efectiva compra de voluntades y opiniones que ha logrado este gobierno con el uso exorbitante de recursos en publicidad que le ha resuelto su quincena a cualquier persona que se haya dedicado a ser popular por las redes sociales, incluyendo, aquellas cuya audiencia no influye en las decisiones fundamentales del tejido social. El asunto es tener dominio y pase libre para la represión, el hostigamiento y la persecución. 

¿Por qué se debe de gobernar con tanto temor y elevar la coacción gubernamental a estos niveles?

Este país cuenta con las herramientas para hacer buenas gestiones y lidiar con la diversidad de opiniones, la oposición y los desacuerdos comunes de la mecánica política social en el más gregario de los sentidos. No obstante, luego de tanto alardear de justicieros, ahora nuestros logros alcanzados en estructurar un estado de derecho convincente, están en un verdadero peligro. Al parecer ya entramos a la fase distópica de esta gestión de gobierno.

La vieja y la nueva política

El contraste extremo se pone cada vez más de manifiesto. La lucha constante por la atención en una sociedad conectada 24/7 recibiendo datos por diferentes plataformas, ha puesto de moda que en el acontecer político, cosas que suelan llamar al escándalo o al desagrado de una parte de la población, se le catalogue como la vieja política y que se entienda que la nueva política es la correcta.

Esta clasificación agrupa tanto y peca de generalizar. Es un término que asume que la política y la gobernanza que han ocurrido, generalmente, no está a la altura de lo que algunos consideran tiempos modernos. Sin embargo, esa nueva política es una que parece vieja. Estamos en una época en donde rara vez se hace algo que no se haya hecho antes, pero ¿quién anda buscando antecedentes de nada?

Intentar ser novedoso es legítimo, además, para algunas personas parece ser un camino muy “cool” por así decirlo, porque nos invita a ir por senderos que me recuerdan a las ilustraciones de los cuentos infantiles, con verdor, brisa agradable, saludando a nuestro paso por el frente de la casa de esa vecina o vecino amable y cordial, viendo animalitos correr o volar de manera armoniosa adornando el paisaje, y en una actitud presta a resolver de manera simple los inconvenientes que se presentan.

Sin embargo, lo viejo y lo nuevo no siempre es garantía de mejoras, sólo llena un vacío que nace del acumulo de decepciones. Es como ofrecer la palabra “cambio” como algo netamente positivo, cuando estamos conscientes que en nuestra vida personal no todo cambia para mejor; hasta la muerte repentina de un ser querido es un cambio que genera dolor y muchas veces desbalance en una familia.

Es cierto e innegable que hay prácticas en la política que se repiten una y otra vez que no son del agrado de la clase media, y que realmente caen en un efecto de violencia económica como la configuración de un escenario político , sobre todo por demarcación, basado en el derroche de dinero y parafernalias. Mientras que al mismo tiempo, observo a una clase que se acomoda en la crítica, pero que no se integra a generar soluciones duraderas y concisas.

A la clase más necesitada se le acusa de ignorante, pero yo me sorprendo diariamente de la cantidad de personas de la clase media, formadas y con carrera de éxito, que conocen muy poco del Estado, o ignoran totalmente ciertas legislaciones que afecta nuestro desarrollo democrático y que caen víctimas en todas las distracciones faranduleras que se promueven cada vez que algo importante pasa que afecte al Gobierno.

Lo peor es que el aprecio por la democracia ha ido en constante decrecimiento, lo que significa, que corremos peligro de volver a regímenes menos democráticos, y que se le nombre “la nueva democracia”.

Mientras tanto, la política actual no escatima recursos en silenciar hasta “influencers”, no matándolos, pero sí haciendo uso de nuestros recursos para publicidad digital que abarca el pago a personas con muchos seguidores, incentivo que sirve para calmar a la población inconforme. Esta práctica sería parte de una nueva política 5G que de positivo, no tiene nada.

Entiendo que la mejor práctica es aquella donde evalúas las cosas bajo parámetros de resultados obtenidos, tomando en cuenta los errores y las posibles mejoras porque hay que reconocer que muchas cosas buenas se fueron desvirtuando con el tiempo y muchas cosas malas se han hecho con artefactos modernos, lo que indica que: lo viejo, lo nuevo y el cambio, en sentido general, no funciona, solo es lógico en temas específicos.

La abundancia que nos trajo el PRM

En esta época de “abundancia” donde a pesar de las carencias y la pobreza que aún existe gracias a que la especie humana ha fracasado en todos “los modelos experimentales de desarrollo” respecto a conseguir un estado de bienestar que funcione para “toda” la población mundial, sin embargo, tal vez porque hay tanto acceso a dispositivos tecnológicos, vestimentas y utensilios, ya sea porque la producción es más alta que la capacidad de consumo o la obsolescencia programada hace que haya equipos y electrodomésticos que pasen a segunda y terceras manos con mayor facilidad que antes.

En fin, todo es de a mucho, menos el dinero en los bolsillos de las mayorías, ese se sigue quedando en las manos de unos pocos; sin dinero, difícilmente se consigan alimentos de calidad, buena atención sanitaria, transporte, y una serie de servicios básicos en sentido general. Por lo cual, abunda lo bueno, lo regular y lo malo.

Con el PRM hemos aprendido con qué más podemos vivir en abundancia, porque si es para recibir golpes, vienen de “a mucho”.

En lo que se refiere a usar la legalidad como un instrumento a la medida de sus muchas desfachateces, es lo más común para este gobierno. Se empezó con un simple cambio rápido al marco legal del INAPA para poder nombrar a un abogado, luego “suavizar” la ley de compras para la adquisición de las vacunas contra el COVID-19, aprovechando el miedo de la población, sin ser esto realmente necesario, y la más reciente, es la ley que le entrega al Estado las facultades de revisar contratos anteriores, que luego entendimos el motivo de la urgencia cuando el Presidente anuncia, cinco días más tarde de ser promulgada, una renegociación con la empresa que maneja seis aeropuertos dominicanos a siete años antes de su vencimiento. 

Dicho anuncio provocó que una parte importante de la sociedad, la bancada opositora en el Congreso y grupos de comunicadores, hayan expresado desacuerdo con puntos y detalles sobre el inesperado y rápido sometimiento al Congreso, por parte del Poder Ejecutivo, de la renovación del contrato para la administración de AERODOM, dejándonos sin aliento y llenos de desesperanza, y lo peor es, que se siente la alta arrogancia del Gobierno en esta inescrupulosa, irracional e irresponsable medida. 

Y para rellenar mucho el pavo en tiempos pascueros, empiezan las irregularidades del bono navideño a salir a flote, mandando notificaciones a los celulares de las personas beneficiarias confirmando el retiro del mismo, sin que estas lo hayan realizado.

Son tantos palos, que me entusiasmaría un estudio profundo sobre lo que genera socialmente el exceso de decepciones, algunas provocadas por un exceso de expectativas y otras, sencillamente, porque aunque no creíamos en las propuestas del “Cambio”, ya que no contaban con el sustento necesario, tampoco veíamos venir tanta abundancia de descaro, luego de una “marcha verde, ocupación de la Plaza de Bandera de negro y unas redes sociales llenas de declaraciones de perremeístas antes del 2020 que no se corresponden con su discurso actual”.

El héroe de la abundancia es el agente “Mucho 007” del PRM, el actual ministro de educación Ángel Hernández, que parece tener “licencia para denostar”. La ética gubernamental funciona, siempre y cuando no se trate de un amigo. De este señor hasta los propios perremeístas se quejan porque ha resultado un manojo de muchas “chuladas”, porque todo se lo toma a chiste, desde hacerle un desplante a la comisión del Congreso encargada de temas educativos, pasando por el fracaso de los libros que costaron más de 700 millones de pesos, realizados a cargo de un grupo de personas que él designó para trabajar paralelamente y sin supervisión de la Dirección General de Currículo, gasto que, hasta el día de hoy, no se tiene constancia en documentos públicos bajo cuál proceso se licitó o se pagó y llegando a lo más reciente, que ha sido contratar su propia universidad violando la Ley de Función Pública y la Ley de Compras y Contrataciones.

Otra cosa que abunda es negar de a mucho: desde la fiebre porcina que llegó con ellos en el 2020 y sigue en el país dañando la industria y la salud de la ciudadanía, ocultando la cifra de la mortalidad infantil, como vimos a principio de este año, y ocultando los casos de dengue y de cólera hasta que no hubo más remedio que aceptarlo. Y si de mucha extrema abundancia redundante hablamos, no podemos olvidarnos de que los préstamos, uno de los temas opositores principales antes de llegar al poder, pero que hoy han roto récord nacional por ser los más altos en 70 años y los menos invertidos en obras y bienes de capital. Mucha también es la migración sin control del país hermano, luego de haber enviado muchos guardias y tanques de guerra a la frontera por el tema del canal del río Dajabón, obra que de todos modos ha seguido en marcha.

De tanta abundancia, ya parece que: la migración ilegal se volvió invisible, la corrupción dejó de ser corrupción, la pérdida de vidas por descuido, mala gestión o producto de la delincuencia son sólo números en un documento y el endeudamiento pasó al umbral donde el dolor ya te deja inconsciente y la cuestión es hacer de las mentiras la cotidianidad.

Nuestra escala de valores

Hablar de valores, me resulta siempre tan polémico, porque si el valor que le damos a las cosas, las personas o las conductas, lo ponernos en una balanza donde el peso de los mismos dependa de un tema cultural, religioso o moral, entonces los resultados serían tan complicados como interesantes de comparar.

Interpretar aquello que la sociedad, en sentido general valore, desde nuestra visión sobre lo qué consideramos importante y justo, es un ejercicio de reflexión constante y muchas veces frustrante.

Presumir de nuestras creencias religiosas suele ser muy útil en sociedades como esta, porque ayuda a crearnos una imagen bondadosa ante los demás. A pesar de que los valores son laicos; la tolerancia, el respeto, la solidaridad, la sinceridad, la ética, la empatía, la responsabilidad, entre otros, son practicados indistintamente entre personas religiosas o no, incluso, la falta de tolerancia es común entre quienes se toman la religión de manera extremista.

Los valores aplicados por las personas hasta se vuelven incoherentes, por ejemplo, existen quienes valoran la vida desde la concepción y al mismo tiempo incumplen reglas de tránsito, provocando accidentes catastróficos. Quizás, el sentido de responsabilidad y la prudencia, no lo asocian con la preservación de la vida.

Puede leer: Hacia una educación de la no violencia

Luego, veo que hay mucho discurso sobre los valores familiares. Indiscutiblemente la armonía y la estabilidad del hogar repercute de manera positiva en nuestra vida, y nuestra formación más importante debe de venir de nuestros hogares. Sin embargo, lamentablemente, también pasan muchos abusos dentro del ambiente familiar en infinidad de condiciones, algunas tolerables, pero otras, rompen todos los parámetros posibles de convivencia.

La escala de valores se vuelve confusa en estos tiempos, porque la vida en sociedad cambia, y aquello que antes se consideraba un irrespeto, hoy la tolerancia lo hace aceptable, o al contrario, nos volvemos intolerantes ante situaciones anteriormente normalizadas. Mientras, q el consumismo ha crecido a tal punto, que hay quienes valoran más fumarse un puro de una marca costosa, que cumplir con la responsabilidad de pagar la compra semanal del supermercado para su familia.

Lo que más frustra a personas como yo, respecto a entender aquello que los demás valoran, está relacionado al criterio de selección que tienen algunos medios para visibilizar problemas, propuestas y personas, e importantizar temas banales.

El mérito, es otra cualidad muy poco valorada, al final, puedes pasarte la vida entera luchando para conseguir algo y entiendes que te compensarán por eso, pero cuando se presenta la oportunidad, resulta que aunque labraste el camino, fue a ti que te cerraron la puerta, dándole paso al oportunismo de otra persona.

Ahora, el valor de la diversión lo sentimos sobre dimensionado. Los fabulosos años 20 del siglo pasado, con sus legendarias fiestas, quedan opacados ante este deseo desenfrenado de evadir problemas, de que se difundan contenidos vacíos, de participar en encuentros masivos en espacios públicos (los teteos), llegando a generar violencia y hasta muertes, provocando incluso, estampidas sin control cualquier día de la semana.

Mientras acumulamos temas sin resolver, las soluciones complicadas a problemas aún más complicados, no parecen interesar a un grupo importante de personas, incluso, vulnerables ante dicha situación, mientras, que la prevención ha logrado perder valor ante el consuelo.

Y cómo el valor de todo es subjetivo y circunstancial, si estás perdido en el desierto, ¿Qué tiene más valor? ¿Un reloj de oro y diamantes o una botella de agua?

Hacia el Rescate RD

El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) han logrado hacer una alianza bajo las circunstancias más difíciles posibles y gracias a un ideario que se sembró en lo más profundo de sus militancias y en la población, en el entendido que solamente unidos serán vencedores.

Contra esta alianza, evidentemente, está el partido de gobierno que utilizará toda la cantidad exorbitante de dinero destinada a publicidad, que le sirve a su vez, para intentar opacar el gran impacto que crea este acuerdo de cara a los comicios del 2024.

Debemos tener la claridad de que no faltará en el escenario uno que otro “pensador independiente” con intenciones de boicotear este esfuerzo maravilloso de Rescate RD, en función de sus intereses personales y en contra de la verdadera situación de emergencia en la que se encuentra el país en manos de este desgobierno que ha desbaratado conquistas ciudadanas que ya eran problemas superados, que tampoco ejecuta pertinentemente el presupuesto estatal por su alta ineficiencia y desconocimiento operativo, ocultándolo con un discurso de ahorro, mientras, la población está incurriendo en deudas para alimentarse, entre una serie de situaciones que nos llevarán próximamente a un mayor decaimiento hasta someternos a circunstancias de pobreza y desequilibrios financieros y económicos no existentes en el pasado reciente.

Puede leer: La tecnología y el rezago humano

El escenario electoral para el 2024 va a necesitar de un esfuerzo ciudadano especial con mayor capacidad de sensatez, en vista de que por primera vez, tenemos una alianza en función a la importancia de la respectiva representatividad de cada plaza electiva y división de los poderes que tiene cada boleta, es decir, que ganar mayor cantidad de representantes municipales y congresuales creará un ambiente más equilibrado y trazará un camino para la boleta presidencial (que va por separada de la alianza), que hoy apunta a una segunda vuelta.

Hay que estar alerta y observando a las figuras que desarrollan esquemas donde su interés personal está muy por encima de los intereses generales de una población, así como también, a mitigar “brotecitos” de personas en los partidos de oposición que se forjen una idea de apelar por escenarios que les favorezca, por encima, de un ideario colectivo que implica riesgos y sacrificios.

Cómo política observo que estamos ante retos históricamente importantes, y creo que en el futuro, esta situación será documentada y estudiada, y no diré más al respecto porque hay que dejarle al tiempo que transcurra sin estar vaticinando más posibilidades que las razones por lo cual el camino hacia el éxito está construido, a pesar de los obstáculos.

¡HOY TENEMOS UNA ALIANZA MUNICIPAL Y CONGRESUAL!, y eso importa. Detrás de cada figura que va por una plaza uninominal, léase alcaldías y senadurías, existe un gran reto de conseguir cohesión y trabajo armonioso para que el mapa de representación electiva derrote al PRM.

Hago un llamado a que quienes encabecen plazas uninominales favorecidas por la alianza, dejen cerrados los espacios para el fomento de chismes, nimiedades, roces y tonterías de carácter personal, sobre todo, provocadas por personas que tienen baja formación política o intereses dudosos que no aportan a la necesidad ciudadana de armonía y un futuro con mejores garantías de desarrollo y sostenibilidad. 

El foco es que en el 2024 debemos, con la voluntad ciudadana y de manera democrática, sacar del poder a personas que no tienen ningún tipo de escrúpulos y se valen de las más absurdas bajezas con tal de mantener a este pueblo sometido a sus engaños.

Encuestas, decisiones racionales y otros cuentos chinos

Ya hace dos semanas que escribí sobre los partidos políticos y sus métodos de elección, describiendo cómo, esto que llamamos “democracia” se ha vuelto difícil de operativizar.

Modestamente, me considero una observadora constante de la conducta humana. En la política uno va desarrollando un sentido de construcción del pensamiento que tiene mucho que ver con vigilar las acciones y narrativas de los diferentes actores que te rodean. Dicen que “quien busca, encuentra”, pero, aún cuando uno no anda buscando, las cosas llegan, gracias al tejido social imperante y las conversaciones, que sin tocar un tema en cuestión, desatan detalles que crean una alerta, como también, la actitud cambiante de las personas cercanas según sus intereses del momento.

En toda lucha por el poder existen diferentes tipos de violencia, la violencia económica, la del abuso de poder, la violencia política la de género, entre otras. Nuestra “democracia” no cuenta con los mecanismos suficientes para aminorar a ninguna de ellas, a pesar de que la Ley Electoral condena la la violencia política de género, pero no abarca una serie de factores en la que nos vemos dentro de los partidos diariamente.

Puede leer: La Técnica del Ataque

En el panorama de los partidos políticos mayoritarios en función de las conformaciones de sus boletas electivas, hoy vemos, que todos los métodos que hablé en mi mencionado artículo, han causado crisis: las primarias cerradas, la asamblea de delegados, y por supuesto, las encuestas. En todos se aplican los diferentes tipos de violencia arriba mencionados.

Entre dichos métodos de selección, las encuestas, terminan siendo el instrumento por excelencia para la manipulación de resultados,  porque se trata de datos que corresponden a un “cuasi método científico” secreto y silencioso, sin ser presentado a priori -formalmente-, lo cual, le condena al cuestionamiento respecto a una “metodología operativa” que puede ser adecuada para beneficiar a particulares. La primera derivada de este fenómeno es que resulta en convertir el “instrumento” en un mecanismo de denostación personal, y órgano legitimado de ejecución de la escatología de la violencia antes mencionada.

La idea de encuestar para elegir candidatos y candidatas surge de la raíz del supuesto de que cada partido tenga en su boleta personas que conecten con la población, porque los partidos se nutren de los votos y la ciudadanía vota por las personas que entienden les pueden representar. En nuestra sociedad de la confusión y del odio electrónico, hace que la construcción de narrativas iniciadas por grupos que concentran poder, la asuma cierta militancia contagiada, utilizada y necesitada de atención, para minimizar la dignidad de algunas personas, siendo esta mecánica una versión moderna de la antigua lapidación o estigmatización escarlata.

Por ejemplo, si eres una mujer con incidencia en los medios y grupos sociales, la narrativa es negar que estás haciendo trabajo político con “dirigentes”, pero si son hombres que traen de los medios para que ocupen plazas reservadas, si le valoran que tienen un impacto hacia la sociedad que es lo que “necesitamos”. La famosa dirigencia es otro tema, porque las encuestas no son internas en los partidos, están dirigidas a la ciudadanía, por lo cual, lo dejaremos fuera de esta conversación.

Hemos visto, analizando particularmente lo vivido en la selección de la boleta de la Circunscripción 1 del Distrito por el PLD que, además de lo arriba expuesto, para citar más ejemplo, si se trata de un hombre que lo inscriben sin estar en el país desde el inicio hasta el final de la pre-campaña, entonces, aparece con una puntuación mayor que muchos, y nadie lo cuestiona frente a las puntuaciones menores obtenidas por mujeres que sí han hecho el trabajo. Para colmo, adrede nos ponen al final de las puntuaciones para que sea por “cuota” y así, no reconocerles el trabajo, incluso, superior a hombres cuyos números no alcanzaron para entrar, sembrando en el ideario de la militancia que por culpa de la cuota de género quedaron fuera compañeros con mayor porcentaje en las encuestas.

¿Las mujeres hacen el trabajo y no suben en las encuestas, pero los hombres da lo mismo lo que hagan, salen por encima SIEMPRE?

De la lucha de TITANES -hombres-, que armaron ciertos líderes, quieren culpar a las mujeres.  Me explico; para hacer esta comparación debemos dejar fuera de discusión a las candidaturas que van por reelección que en el caso del PLD en la Circunscripción 1 es una mujer. Ahora bien, la violencia política de género se aplica cuando quieren plasmar en el ideario del peledeísta que las demás nuevas mujeres no nos comparamos en números a los demás nuevos participantes, (nuevos por ser la primera vez participando para esa plaza) incluyendo, compañeros que no pudieron hacer nada de campaña porque una situación de salud familiar se la impidió. Y para ponerle la cereza al pastel, hacen el documento público, para denostar nuestra imagen.

Todas estas experiencias hay que exponerlas, porque se supone que debemos de vivir para fortalecer nuestra democracia, no para usar los recursos legales e instrumentos para la equidad representativa, como herramientas que nos ayude a resolver el problema entre los favoritos de ciertas cúpulas bajo la premisa de robarnos nuestro trabajo y el derecho de crecimiento y fortalecimiento.

Hacia una educación de la no violencia

Los años pasan, se supone que avanzamos, sin embargo, la violencia de género y los feminicidios no disminuyen.

La prevención es deficientes, porque no cuentan con las alertas y los mecanismos de intervención oportuna, sobre todo, porque aún sigue siendo difícil de creer, para muchas de las víctimas de abuso, que tu pareja te termine matando, y todavía, hay quienes creen que las amenazas se quedan hasta ahí, por una rabia del momento.

Debemos lograr alcanzar la educación ciudadana adecuada que fomente una cultura de tolerancia y respeto, sobre todo enfocada en las nuevas generaciones. 

No tanta juventud dominicana ha logrado una sensibilidad pertinente respecto a los derechos igualitarios entre hombres y mujeres, así lo evidencia la cantidad de tragedias y feminicidios que son perpetuadas por hombres jóvenes. Lo que indica que las mujeres jóvenes siguen expuestas a ser posibles víctimas de asesinato por parte de sus parejas en el transcurso de sus vidas, y esta proyección hay que variarla y continuar con la visibilización del problema, mientras, algunos insisten en seguir produciendo música y contenidos que no colaboras con la causa, más bien, al contrario.

Puede leer: Los Noviembres

La cultura ante una NO violencia de género, comienza cuando se reconoce que no exageramos negándonos a aceptar la normalización de la violencia expresada en el lenguaje, en las bromas sexistas y en las etiquetas que les atribuyen a las mujeres para justificar ser castigadas por comportamientos comunes y normalizados en los hombres, que nada tiene que ver con conductas inapropiadas.

“Eres chismoso como una mujercita” “pareces una Doña de patio de tanto que peleas” “lloras como mujer lo que no pudiste defender como hombre”, son estereotipos irreales, pero que quedan en el ideario de las personas.

Realmente ni el chisme, ni el pleito, ni el llanto tienen género, cualquier persona puede ser peliona, estar triste o ser chismosa, ya sea hombre o mujer.

La alta tasa de embarazo infantil y adolescente, es otra manera de violencia, por una parte porque son muchas las niñas embarazadas producto de violación o incesto, víctimas desde sus propios hogares por familiares y amigos cercanos, que deberían de protegerlas, y otras , porque son víctimas de la ignorancia y la falta de acceso a la educación sexual, emocional y reproductiva, como a políticas públicas comunitarias que mitiguen esta triste realidad, de la cual, ni siquiera son conscientes.

Las mujeres políticas, también somos foco de violencia política de género, que implica desde la falta de respeto, el cuestionamiento sobre nuestra vida personal (cosa que no sucede con los hombres), como también, acoso en los medios digitales por su apariencia física, entre otros.

A veces siento que recibir noticias de feminicidios ya no sorprende o indigna tanto, es como si estuviésemos normalizando estas tragedias porque se nos haga común, y no podemos caer en esa actitud, debemos de fomentar el repudio ante dicha práctica.

¡POR EL FIN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER!

Los Noviembres

Ya vamos por dos noviembres consecutivos con un fenómeno natural que pasa dejando traumas sociales y pérdidas humanas. La naturaleza nos muestra que puede más que nosotros, que los efectos del cambio climático son ciertos y nos restriega todos nuestros desperdicios, los que afloran en cada crecida de un rio y en el desborde de cualquier cañada, cada vez más contaminada.

Luego de la tormenta nos queda ese sentimiento de haber sido arrasados, recordamos una vez más que seguimos viviendo bajo vulnerabilidad, que ya no importa tanto la clase social, porque el peligro puede llegar a cualquier zona.

Estamos ante un partido de gobierno que pide a gritos no politizar esta desgracia, afectada por la falta y el abandono de políticas públicas que agravan las capacidades de desarrollo y no nos protegen de estos desastres naturales, que terminan en desgracia para muchas personas, mientras que las excusas y la búsqueda de culpables pasados, sigue siendo su modus operando.

Necesitamos urgentemente resolver el tema del sistema de alcantarillado precario de esta ciudad, destapar imbornales, fajarnos con el tema del sub-suelo, así como también, controlar mejor los desperdicios, eliminar el foam y reciclar el plástico.

Como es el Gobierno de lo nunca visto, cada noviembre ahora pasa algo que nunca había ocurrido antes.

Cuando el país está bajo amenaza de intensas lluvias, es mejor movilizarse con la expectativa de lo peor y que no suceda nada, que descuidarse creyendo que no va a llegar a mayores, como todo indica que pasó con este fenómeno atmosférico que no contó con las medidas preventivas necesarias porque el Estado no le dio la debida importancia. Por ejemplo, impedir el paso por el túnel de la 27 con Máximo Gómez desde el momento que por sus paredes empezó a salir agua, era suficiente para evitar la desgracia de que nueve personas pierdan la vida y nos dejen con esta dolorosa y desgarradora experiencia.

La falta de humildad intelectual de este Gobierno nos causa altas pérdidas, porque, si bien es cierto que quedan muchas cosas por hacer, también es falsa la idea de que TODO lo anterior es lo peor, ¿Cuánto le cuesta a la sociedad que su clase política no quiera aprender de experiencias pasadas y tratar de mejorar lo que deba ser perfeccionado? ¿Cómo es que las ganas de “echar vainas” estén por encima de soluciones definitivas? 

Hoy pagamos las consecuencias de tres años de soberbia, presente en los discursos de diferentes actores de este Gobierno, en las pocas inauguraciones que se han hecho en términos de adición de nueva obras publicas. Sin embargo, poco se ocupan del mantenimiento correctivo y preventivo de la infraestructura existente. En fin, no hay manera que exista un discurso que no lleve una surrapa de resentimiento.

Nadie puede controlar la lluvia, ni el mar, ni el viento. Lo único que nos queda es mitigar riesgos y adaptar nuestra ciudad a la realizad caribeña que nos atañe. Así como viven en Venecia por debajo del nivel del mar, como Amsterdam convive con tantos canales, como llueve en Inglaterra casi todo el año, nosotros tenemos que tomar decisiones en función a nuestro lugar en el hemisferio. No podemos seguir poniendo asfalto sobre asfalto, tener grandes infraestructuras sin mantenimiento regular, quedarnos sin movilizar a tiempo las brigadas de corte de árboles y destape del sistema pluvial ¿Cuándo aparecen averías en el túnel de la Núñez con Anacaona, vamos a reclamar a Balaguer? ¿Leonel? ¿Danilo? ¿Jorge Blanco? ¿Guzmán? o ¿Trujillo? 

La culpa realmente será de noviembre.